miércoles, 3 de junio de 2009

Maldición Compartida

3 comentarios

En toda agencia de publicidad, y también me imagino que en otras empresas, existe un caos inevitable pero muy necesario; Los archivos compartidos. Un sarambí enquilombado como el mismo palacio de justicia, a diferencia de que adentro no se venden sandwinadas.

Lo que sí que esta inmensa nube negra de originales, fotos, ppts, logos, mp3 y alguno que otro material pornicheli, tiene un nombre distinto en cada agencia. En Lenguapop se llama “El Depósito”, en mi época en Oniria se llamaba “El Filtro”, en Familia era “La compartida” y en otros lugares es la “Compar” el “Comparto” y derivados.

Un sistema de archivos compartidos es un quilombo garantizado. Primero gua´u cada uno respeta las carpetas de cada cliente guardando cada cosa en su lugar hasta que alguien tira la primera piedra guardando algo fuera de lugar. Ahí empieza el quilombo, la gran inercia que además se autoalimenta. Porque mientras más grande es el quilombo de carpetas, menos ganas tenemos de hacer el recorrido en cada una de ellas.
Existen una serie de síntomas que identifican un severo culebrón en los archivos compartidos, os dejo los principales:

•Te guardan un archivo en la compartida y la dirección para encontrarlo es tan larga que tu memoria liga un saplé: Viejo, la presentación está en… Depósito – Clientes – 2009- Knorr – Arte – Originales – Presentación – Press 97… Gran puta!
•Entrás a buscar algo, te colgás y te olvidás qué carajo estabas buscando.
•Buscás algo y sin saber porqué, te metés en cualquier capeta equivocada. Lo que revienta es que tardás un rato en darte cuenta.
•Guardás algo en una carpeta “provisoriamente” y después al toque te olvidás en donde lo pusiste. Fija que lo encontrás meses después y buscando otra cosa.

Las carpetas compartidas hasta ahora son un quilombo pero al fin y al cabo funcionan aunque el 70% de su contenido esté al pedo. Los perros, inventen pues un sistema para organizar.